martes, 13 de septiembre de 2016

HABLEMOS DE CAZA

Generalmente cuando nos hablan de caza, lo hacen diciendo que es una actividad que genera riqueza, cientos de millones de euros.
Que genera empleo, muchos miles de jornales al año en cada provincia...Y pocos van más allá.


No podemos ignorar la importancia económica que tiene la caza.
Pero sin embargo, y causante de esta reflexión que plasmo en este post, es cuando solo hablan del beneficio de lo económico y se olvidan a menudo de la importancia SOCIAL que tiene la caza.


A nivel social la caza tiene mucha importancia, somos casi un millón de personas las que ejercemos una actividad, la cinegética, que está conectada con la historia, con la cultura, con la gastronomía, con la sociedad.
La caza está muy presente en el ámbito rural, precisamente un porcentaje muy superior a la media de las licencias de caza, se sacan por vecinos de poblaciones inferiores a cincuenta mil habitantes.


Esta actividad tan arraigada y a la vez tan desconocida por una gran masa de la sociedad (a lo mejor culpa nuestra), engrana en lo social, fija poblaciones en el ámbito rural, equilibra el medio ambiente, etc.. en definitiva, se compone de muchísimas circunstancias que al hombre les son fundamentales.

Por tanto, todas estas cifras y hechos, a mí entender, reflejan que el valor social de la caza es más importante que el económico.

Sin embargo nos están pudiendo los prejuicios que divulgan de la actividad cinegética (posible culpa nuestra, como apuntaba anteriormente), es por eso la necesidad del trabajo que se viene realizando desde distintos organismos cinegéticos (Asociaciones, federaciones, foros y ahora la reciente fundación Artemisa), para explicar las bondades de la actividad, no sólo a quien la práctica sino también a la sociedad en general.



"El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda." (Oliver Glodsmith)

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