sábado, 16 de marzo de 2019

La Perdiz con Reclamo

LA PERDIZ CON RECLAMO 

CUADERNO DE CAMPO (escrito para Jaraysedal)
Foto de José Melero Plasencia
La caza como tal es una actividad ancestral que comprende el antes, el durante y el después de capturar o abatir una pieza. Las modalidades tradicionales, como es el caso de la perdiz con reclamo, son un eslabón inherente de la cultura de los pueblos cuya existencia se remonta a milenios. El aprovechamiento culinario es el motivo principal de su caza. Datos etnológicos ya muestran indicios de la práctica de esta manera de dar caza a las perdices.
El reclamo exige una gran vocación al jaulero, es una modalidad que no implica el cazar más piezas, lo que prima es la buena faena del enjaulado. Se realiza de manera racional y planificada. Intervienen muchos factores externos a la hora de echar por alto una jornada y además se cobran poquísimas piezas.
Esta forma de cazar es muy tradicional y conlleva cuidado y entendimiento de la naturaleza del ave. Posee un lenguaje propio para definir utensilios, cantos y expresiones. 

La perdiz es muy suculenta en cualquier tipo de elaboración, asada, guisada, estofada, en caldo, escabechada, etc., por lo que fue y es muy apreciada su carne. Goza de atributos nutricionales magníficos para la salud. Es la reina de la caza menor y de la cocina que tiene la suerte de acogerla.  

Me cuenta Paco Jiménez Aguilera, gran historiador de la modalidad, que en la mitología la perdiz simboliza el talento, la fortaleza y la vivacidad. Inventora de la sierra y el compás, por sus cantos fue ave adivinatoria en los templos dedicada a la diosa Cibeles. Volviendo a lo terrenal, hay indicios fehacientes de la caza de la Perdiz por los Iberos, que las capturaban con zalagardas (lazos) cuando acudían a la llamada de su congénere enjaulada. Los fenicios, cartagineses, griegos y romanos en su paso por la península también la practicaban.
Como saben, la práctica de esta modalidad se da desde tiempos remotos también en el norte de África y en la Europa mediterránea. Por tanto no es nada extraño que incluso se tengan constancia por grandes escritores de antaño. Es el caso del fabulista de la antigua Grecia, Esopo, que en el siglo VI Antes de Cristo, en una de sus fábulas, “El Pajarero, la Perdiz y el Gallo” (560- 620 a. C.), hace referencia a la Perdiz enjaulada que sirve para conseguir comida para su hamo.
Griegos y Romanos tenían gran fervor a la caza con reclamo de Perdiz y plasmaban escenas en mosaicos de gran belleza con imágenes de pájaros enjaulados, incluso en Porcuna hay mosaicos romanos del siglo V y VI a. C., que representan iconografías tituladas “Cazador de perdices” en un conjunto escultórico llamado Cerrillo blanco.  

También el polímata de gran influencia intelectual hasta nuestros días, como fue Aristóteles en el siglo IV a. C. en su obra “Investigación animal”, hace también referencias a la perdiz y a la modalidad de caza llamada reclamo. Y hace un completo trabajo sobre la modalidad, hablando ya de la caza con la hembra enjaulada y sus diferencias con la del macho.
Hablando de datos en importantes tomos, la biblia hace referencia a la perdiz con reclamo. En el libro los eclesiásticos, fechado en el año 170 a. C. en el capítulo 11, versículo 30, podemos leer: “como perdiz de reclamo en jaula es el corazón del orgulloso..”.
El escritor, científico y naturalista Italiano Plinio el Viejo (siglo I) plasma en su tratado de la Historia natural” varias veces el uso de la Perdiz para atraer con el canto y cazar. Grande entre los escritores como el también Italiano, aunque con predilección por lo griego, hasta el punto de escribir en ese idioma, Claudio Eliano (175-235 d. C.) escribía en su libro Historia de los Animales: “Las perdices belicosas, que intervienen en competiciones, creen que cuando son capturadas, no serán tenidas simplemente como destinadas al sacrificio, y por esto, en el momento de su captura no se pelean con los cazadores con el propósito de no ser cogidas.”

Como no, la modalidad tuvo sus enemigos en la historia. Fue Felipe II, años 1527-1598 el que dictó la ley prohibiendo la caza de perdiz con reclamo bajo multa de 6000 maravedís y seis meses de destierro, al tiempo, que él abatía perdices con otros medios. Con Alfonso XIII de Borbón, rey prematuro por la muerte de su padre antes de nacer. Se dictó la Ley de caza de 1902 que prohibía el reclamo, excepto a los dueños de los cotos, lo que creó una gran conflictividad.
En El Quijote, una de las mayores obras escritas de la historia, Cervantes escribe “váyase usted señor Hidalgo con su perdigón manso”.


Estos son algunos de los datos históricos más destacados, aunque podíamos citar muchos más, de una modalidad que subsiste a los tiempos y a la degradación del medio ambiente causado por las malas prácticas agrarias que afectan a las poblaciones de perdiz.

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