martes, 2 de marzo de 2021

QUITA LA SAYUELA ARISTÓTELES

Hace aproximadamente 2.400 años, Aristóteles hacía referencia a la caza de la perdiz con reclamo, incluso analiza también el uso como reclamo de la hembra en su libro escrito sobre el 343 a. de C. “Historia de los Animales”. 

El reclamo de perdiz se da en la Cuenca mediterránea y con diferentes tipos de perdiz, él no hace referencia a ninguna en concreto por su similitud en comportamiento imagino pero seguramente la que más conocía era la griega. Antes de ir al punto donde habla del reclamo, el perdigón manso y la captura con red, hace referencia a la edad de estas;




Las perdices viven también alrededor de quince años.


También se adentra en otros comportamientos, pero que mejor manera de comprobarlo y dirfrutarlo que leyendo este fragmento del capítulo traducido de aquel griego al español. Oro en tinta para el sector cinegético en general y para los reclamistas en particular. 


Y recuerden, año 343 antes de Cristo, Aristóteles dice así;




Costumbres de las perdices


Las aves de vuelo pesado no construyen sus nidos (pues los nidos no les sirven de nada al no estar adaptadas para el vuelo): tal es el caso, por ejemplo, de las codornices, las perdices y demás

aves del mismo género. Después de que han hecho en el suelo blando un agujero (pues estas aves no ponen en otro lugar) lo recubren con espinas y ramitas para defenderse de los halcones y águilas, y allí ponen e incuban. Luego, una vez que ha tenido lugar la eclosión del huevo, conducen a sus pequeños fuera, porque no pueden procurarles comida mediante el vuelo. También las codornices, como las perdices, reposan, reuniendo debajo de ellas a los pollos, como hacen las gallinas. No escogen siempre el mismo sitio para poner e incubar, por temor a que se descubra el lugar en que permanecen mucho tiempo. Cuando un cazador encuentra por azar un nido de perdiz, ésta se pone a revolotear delante de él como tocada del ala y lo atrae hacia sí simulando que va a ser cogida, hasta dar tiempo a que cada uno de sus pollos se ponga a salvo. Después remonta el vuelo y los llama.Ahora bien, la perdiz pone no menos de diez huevos y a menudo dieciséis. Como se ha dicho,es un ave maliciosa y astuta. En la primavera, en medio de cantos y combates, cesan de estar agrupadas para formar parejas, cada macho con la hembra que ha escogido. Como tienen el instinto sexual muy acentuado, los machos, con el fin de que la hembra no incube, hacen rodar los huevos y los rompen, si logran encontrarlos. Por su parte, la hembra imagina el ardid de alejarse para poner y a menudo, apremiada por la necesidad de ello, los deposita en cualquier sitio; si el macho está cerca, la hembra, para salvar todos sus huevos, no se acerca a ellos. Y si es vista por un hombre, la hembra actúa como en el caso de los pollos: aleja al hombre de los huevos apareciendo a sus pies hasta que lo lleva lejos del alcance de los huevos.





Y cuando la hembra logra escurrirse del macho para incubar, los machos reuniéndose gritan y se pelean: se los llama entonces viudos. El vencido en la batalla sigue al vencedor y es montado por éste; y si el macho derrotado es vencido por un segundo o por otro, es montado a escondidas por el nuevo vencedor. Pero este comportamiento no se produce siempre sino en una cierta época del año, y también ocurre con las codornices. Y a veces se da asi- mismo en los gallos. En efecto, en los templos en que son guardados sin las hembras, verosímilmente todos montan al recién llegado. Y en las perdices, los machos mansosmontan a los salvajes golpeándoles en la cabeza y haciéndoles sufrir toda clase de ultrajes.




Por otro lado, la perdiz que se utiliza para la caza recibe el asalto del jefe de las perdices salvajes, que se precipita sobre ella con cantos que preludian guerra. Una vez que el jefe ha sido preso en las redes, se le acerca de nuevo otro respondiendo con sus gritos de la misma manera. Esto es lo que ocurre cuando el ave que sirve de reclamo es un macho. 


Si, al contrario, es hembra la utilizada como reclamo y la que canta, si el jefe de las perdices salvajes se enfrenta a ella con cantos, los otros machos, todos a una, lo golpean y lo alejan de la hembra, porque se acerca

a ella y no a ellos. Por esta razón muchas veces el jefe de los salvajes se aproxima a la hembra en silencio para evitar que otros machos, al oír su voz, vengan a atacarlo. Los expertos dicen que a veces el macho se acerca a la hembra y la hace callar, a fin de que los machos no la oigan y no se vea obligado a combatir con ellos.

La perdiz no solamente canta sino que emite igualmente un grito agudo así como otros sonidos. A menudo sucede también que la hembra que incuba se levanta cuando se da cuenta de que el macho se acerca a la hembra que sirve de reclamo, y correspondiendo a su canto lo espera con el fin de ser montada y de que el macho se aleje de la utilizada como reclamo. Las perdices y las codornices tienen una pasión tan fuerte para acoplarse que se lanzan sobre las aves colocadas como reclamo y a menudo se colocan sobre sus cabezas.

He aquí, pues, lo que concierne al apareamiento de las perdices, su captura y la astucia de su carácter. Y hacen el nido en el suelo, como acabamos de decir, las codornices, las perdices y algunas otras aves que vuelan bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario